Cuando ocurre un accidente de tráfico, es indispensable investigar cómo y por qué se ha producido. De hecho, las técnicas de investigación y reconstruccion de accidentes son herramientas de vital importancia para determinar los daños materiales y personales ocasionados y quién deberá responder por estos. Para esta labor, el papel de los peritos judiciales es clave.
En este sentido, no debemos olvidar que un siniestro vial puede derivar en un litigio ante los tribunales. Es en este escenario donde la reconstrucción de lo sucedido cobra especial relevancia para dar la razón a una u otra parte.
¿Cómo llevamos a cabo los peritos la reconstrucción de un accidente?
El perito judicial es la persona que investiga las causas, las lesiones, las circunstancias y la causalidad del siniestro vial con la finalidad de determinar la responsabilidad del accidente de tráfico y el importe de la indemnización que corresponda.
Para realizar nuestro trabajo de la forma adecuada, hemos de analizar y recopilar las evidencias que encontraremos tanto en el lugar del accidente como en el atestado que se hubiera levantado. Así pues, tras la reconstrucción del siniestro, podremos determinar cómo se produjo este y quién es el responsable.
No obstante, nuestra labor no consiste solo en esto ni resulta tan sencilla. De hecho, debemos estudiar todas las posibilidades que pudieron darse hasta que se aclaren las circunstancias y se pueda reproducir el accidente de la forma más fiel a la realidad.
Por lo tanto, hemos de analizar con el máximo detenimiento el caso en concreto haciendo uso del atestado que se ha levantado con ocasión del accidente, así como de su propia metodología. Así pues, deberemos seguir los siguientes pasos:
- Lectura y análisis del atestado.
- Realizar distintas mediciones y cálculos, como, por ejemplo, la velocidad de los vehículos implicados, el tiempo de reacción de los conductores, la iluminación de la calzada en el momento del siniestro o las condiciones meteorológicas.
- Determinar quién es el responsable del accidente.
- Analizar las declaraciones de los testigos del siniestro.
- Inspección ocular del lugar en el que se ha producido el accidente de tráfico.
- Inspección de los vehículos que hayan intervenido en el siniestro.
- Identificación de la víctima o víctimas del accidente.
- Análisis de las huellas de los neumáticos y de los discos de los tacógrafos.
- Análisis y valoración de los contrainformes.
- Realización del estudio biomecánico.
En definitiva, hemos de considerar no solo las circunstancias personales que rodean al siniestro (la actuación de conductores, peatones y pasajeros), sino también aquellos condicionantes exógenos (las condiciones meteorológicas, el estado de la calzada, etc.) para efectuar una reconstrucción de accidentes adecuada y fiel a la realidad. Si queremos conseguir resultados óptimos, es fundamental apostar por peritos formados y con amplia experiencia.